sábado, 18 de febrero de 2012

Bosque de los lamentos


   Un rastro de color dentro de un mundo en escala de grises me llevó hasta a ti. Acostada sobre jergón de hojas caducas, melena descuidada, enmanarañada, pero no por ello menos hermosa; piel pálida, blanca como el pelaje de un lobo polar, tal vez en algún momento pareciste uno de ellos, defendiendo tu vida con garras ahora salpicadas por gotas de tierra húmeda. Temo tocarte, descansas como una muñeca de porcelana rota con la que resultaría imposible no cortarse.
   Un río cercano al lugar donde te encuentras hace chocar sus aguas contra la orilla relatando así tu pesaroso destino. Escucho con cuidado, no es necesario preguntar que pasó, tu cuerpo revela por si solo las marcas de un brutal asesinato dotando tu vestido de un llamativo tono carmín, muestra singular de la cruenta y excesiva pasión de algún hombre.

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