viernes, 24 de agosto de 2012

La curiosidad mató al gato, o tal vez lo hizo más fuerte

- Has estado rara hoy ¿Qué te ocurre? -
- Nada, estoy perfectamente -
- Vamos, no mientas, se cuando te pasa algo y este es uno de esos momentos -
- No te gustaría saberlo -
- ¿A caso tiene algo que ver conmigo? -
- Tal vez... -
-  Si realmente no quieres decírmelo ¿por qué dejas que lo note? Podrías haber actuado, vamos, sabes que puedes confiar en mi -
*La chica suspira*
- No quiero perderte, ni que nada cambie, eso es todo -
*Con el corazón temblando se inclina hacía su interlocutor y le besa rápidamente sin valor para volver a mirarle a los ojos*
- Ahora ya lo sabes -

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